Una vez tenemos la certeza de que la alopecia que sufrimos no tiene la posibilidad de recuperarse a base de técnicas revitalizadoras como la mesoterapia deberíamos considerar la posibilidad de realizar implantes capilares, un tipo de tratamiento adecuado para aquellos casos donde los folículos han desaparecido a raíz de la alopecia androgenética. Se trata de una técnica consistente en trasplantar aquellas raíces que se mantienen sanas y recolocarlas en las áreas afectadas. Ahora bien, hay dos métodos para hacerlo: el Implante capilar técnica FUE y el implante denominado FUSS.
Implante capilar con la técnica FUE
Este método tiene la característica de que se realiza extrayendo directamente del cuero cabelludo de la nuca o los laterales de la cabeza cada folículo capilar sano de manera individual (zona que previamente ha sido rasurada), de uno a uno. Para ello se emplea un tipo de instrumental especial denominado “Micropunch”, un tipo de bisturí cilíndrico que varía de grosor dependiendo de si el folículo extraído tiene 1,2,3 o 4 cabellos, cosa que también es posible. Y claro está el procedimiento se realiza aplicando previamente una anestesia local.
Posteriormente se conservan los folículos en recipientes adecuados bajo unas condiciones determinadas de temperatura y humedad a fin de que mantengan todas sus características. Es a lo que se le conoce como “medio de cultivo”. Finalmente se implantan donde corresponda.
Se trata de una técnica que no deja cicatriz, que es indolora y donde las micropunciones realizadas para extraer los folículos cicatrizan al cabo de unos días, sin necesidad de sutura.
Implante capilar con la técnica FUSS
Con esta otra técnica los folículos capilares también se extraen de aquellas zonas donde éstos se mantienen sanos y no se ven afectados por la alopecia androgenética, por regla general de la nuca y los laterales de la cabeza. La diferencia principal radica en que en la extracción, ya que en vez de sacarse folículo tras folículo se extrae directamente una capa de cabello y piel del tamaño que considere el especialista dependiendo de cada caso. Eso sí, no queda cicatriz, ya que posteriormente se aplica una sutura trícofítica, empleada en tratamientos estéticos a fin de que en la región tratada pueda volver a crecer el cabello.
Una vez la materia prima ha sido extraída se pasa por el microscopio, donde se seleccionan aquellos folículos “de mayor calidad”. Se conservan en recipientes idóneos bajo condiciones de temperatura y humedad adecuadas y finalmente se procede a realizar el implante.