El pasado día de 3 junio Guatemala sufrió una de las mayores tragedias vividas por sus ciudadanos, con la erupción del Volcán de Fuego, en la costa sur del país. La lava y las cenizas sepultaron comunidades enteras en las regiones de Escuintla, Sacatepéquez y Chimaltenango, dejando al menos 110 muertos y 197 desaparecidos. Ante este gran desastre humanitario, la Iglesia Universal del Reino de Dios y sus voluntarios no podían quedarse de brazos cruzados.
Según el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología y Meteorología de Guatemala, reportó que el volcán situado a unos 50 kilómetros al oeste de la capital guatemalteca, generó entre 5 y 7 explosiones moderadas por hora, que expulsaron columnas de ceniza que llegaron hasta los 4700 metros de altura. También se llegaron a sentir temblores moderados en los barrancos de Ceniza, Seca y las Lajas.
Según han informado las autoridades locales, la erupción del volcán afectó a más de 1,7 millones de personas, y como hemos comentado al inicio, ya hay contabilizados 110 muertos y casi 200 desaparecidos, de los que no se sabe nada. Además cerca de 12400 personas fueron sacadas de sus casas y más de 4000 el número de alojados en albergues, que aún permanecen allí.
Con miles de personas que lo han perdido todo y que están en albergues improvisados donde necesitan todo tipo de suministros y ayuda, la Iglesia Universal del Reino de Dios y su grupo de voluntarios, está realizando un trabajo intenso para conseguir productos de primera necesidad para aliviar en lo posible a los damnificados.
Los productos que están siendo recogidos son agua mineral, alimentos no precederos, medicamentos, productos de higiene personal, pañales, mantas, calzados y ropa en general. Las donaciones se pueden hacer en los centros de recolección de todo el país.
El obispo Jean Carturani, responsable del trabajo de la Iglesia Universal del Reino de Dios en el país centroamericano, algunos pastores de distintas regiones, esposas y voluntarios de los grupos de la Iglesia desarrollan el trabajo desde el sitio, entregando los materiales que se recaudan y haciendo visitas a los diferentes albergues donde están los acogidos. Ellos estuvieron en el centro de recolección de la ciudad de Escuintla, la región donde se encuentra el volcán de Fuego. En el centro no se paran de recibir y descargar camiones llenos de donaciones, y el equipo de voluntarios no para de trabajar para ayudar a todos los afectados.
Además también se visitó un albergue donde están alojados varias decenas de niños, algunos con sus familias, pero en muchos casos aún sin la compañía de sus parientes por estar desaparecidos. Los miembros y voluntarios de los grupos como la Escuela Bíblica Infatojuvenil y la Fuerza Joven Universal llevaron además de dulces y libros para pintar y colorear para que los niños estén entretenidos.
Con todas estas acciones, los miembros y voluntarios de la Iglesia buscan aportar todo su cariño y llevar una palabra de fe a todos los afectados por el volcán, y que sientan que no están solos.