Mattel, compañía propietaria entre otras de la marca Barbie, tiene un serio problema como también sucede con las empresas de la competencia. Los niños de las nuevas generaciones han nacido con la tecnología y la consideran inseparable de cualquier entorno que les rodea, incluidos los juguetes.
Esto afecta económicamente. En 2016 los ingresos cayeron un 4% a los 5.400 millones de dólares aproximadamente. De ellos, los beneficios fueron peores incluso, con 320 millones marcando un descenso del 14%.
La magnitud de estas empresas, además, las motivaron en su día a cotizar en Bolsa, de manera que también es constatable el retoceso comercial de Mattel por su valor bursátil que, tras la presentación de los resultados anuales, cayó un 10%.
Esto se deriva también a los productos comercializados. El más conocido de todos, Barbie, también ha reducido sus ingresos un 8% y eso que la muñeca supone 3.190 millones en la facturación total de la empresa.
Una directiva de Google, al rescate tecnológico
La estrategia comercial de Mattel pasa por cambiar la situación y evolucionar hacia una oferta que combine acertadamente tecnología y juguete tradicional. Para ello, ha contratado a Margaret Georgiadis, directiva de Google hasta ahora, que hará el papel de consejera delegada para esta «transformación digital» de Barbie y el resto de muñecos y juguetes comercializados por Mattel.
El hecho de compañías han hecho lo propio y el reto es complicado, dado que la tecnología encarece considerablemente el producto, lo que lógicamente dificulta su comercialización. Además, la experiencia que se busca mantiene sensaciones clásicas con las nuevas necesidades de diversión de las generaciones actuales de niños.
Pese a todo, Mattel va por el buen camino a nivel de profesionales. Georgiadis sustituye a Christopher Sinclair, quien fue contratado hace tan sólo 2 años con un único objetivo, parar la sangría de pérdidas existente.
Sinclair lo consiguió, estabilizando la situación comercial de Mattel, frenando las pérdidas y manteniendo activos los beneficios en un ligero retroceso, a diferencia de la abrupta caída de los últimos años. Ahora, sin embargo, toca mejorar la contabilidad y generar beneficios, para lo que la evolución tecnológica parece la única salida.
