Hace ya un tiempo que me animé a invertir en tecnología RFID seducido por las ventajas que esta ofrece a empresas de fábrica inteligente como la mía. Llevaba mucho tiempo leyendo que el uso de RFID en los procesos de fabricación más actuales había supuesto una evolución con respecto a su uso convencional, haciendo que la información conseguida fuese mucho más rápida y de mayor calidad, algo que en tiempos del Big Data como los que vivimos es más que necesario para asegurar el éxito de la empresa.
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Por qué confié en la tecnología RFID
Como todo emprendedor sabe, los mercados están en constante evolución, haciendo que sea necesario establecer estrategias empresariales que estén enfocadas a una mejor diferenciación y, por tanto, que aporte un valor añadido al producto. Lo cierto es que el RFID no sólo añade ese valor añadido al producto, sino que también lo hace durante todo el proceso, ya que permite una mejor innovación de la producción, así como el fomento de la internacionalización, al verse ésta facilitada gracias a la simplicidad en el paso de los productos por controles fronterizos y aduaneros.
Una vez superé el miedo al cambio y me decidí a probar las ventajas de esta tecnología y todas las aplicaciones de que beneficiarse, me di cuenta de que el RFID es el socio más idóneo en cuestión de gestión de logística, inventarios mejorados y controles de trazabilidad.
Si me preguntan si valió la pena la inversión, que puede llegar a ser bastante elevada, lo cierto es que sí. Especialmente ya que su uso se amortiza en un plazo de tiempo no muy prolongado, como aprendí gracias a NextPoints, los especialistas en la construcción de sistemas RFID que me asesoraron.
Ventajas de la tecnología RFID en empresas manufactureras
Son varias las aplicaciones y ventajas de las que he podido beneficiarme a partir de instalar la tecnología RFID en mi empresa.
Es el caso de mejoras en la propia fabricación de productos, haciendo que exista una interacción mucho más optimizada entre los distintos componentes, productos y la propia maquinaria o trabajadores. Esto hace que pueda existir un mejor proceso de individualización de producción, ya que la propia máquina será capaz de incluir la actualización del estado del producto en la etiqueta. Esa información, a su vez, será accesible a partir de herramientas de análisis en tiempo real, aunque el producto se encuentre inaccesible en el interior de su caja. Esto permite algunos procesos de personalización, como es el caso del cambio de idioma, por ejemplo.
Además, simplifica mucho los procesos de inventario, ya que al no ser necesario tener una visión directa con respecto a la etiqueta, permite lecturas más rápidas y mucho más precisas de los productos etiquetados, además de que siempre tendrás tu mercancía controlada. En nuestra hemos conseguir reducir la posibilidad de error de forma significativa gracias a esto.
De igual manera, esto también repercute en una mejora de las tareas de seguimiento y de rastreo, haciendo que la cadena de suministro sea mucho más eficiente. Por supuesto, esto da confianza a nuestros clientes e intermediarios de que el producto que están adquiriendo no está falsificado, haciendo que el propio cliente pueda comprobar su autenticidad gracias a la información que está almacenada en la etiqueta RFID. Por otro lado, las etiquetas RFID contemplan la posibilidad, si así lo desea el usuario, de que se informe sobre la identidad del comprador, de manera que las campañas de marketing se puedan personalizar y optimizar en función de esta nueva información. Es algo que todavía no hemos probado, pero que nos permitirá ahorrar en nuestras campañas y establecer una mejor conversión.