Los viajes en moto son una delicia. La libertad que ofrece cabalgar sobre una montura mecánica representa uno de los atractivos que enganchan a los moteros o a los simples aficionados a las dos ruedas. Pero resulta un placer cuando el buen tiempo acompaña, cuando el frío domina el tiempo, la experiencia deja de ser tan gratificante.
Dos moteros residentes en Andalucía han visto la oportunidad que se les abría para innovar con la vista puesta en el factor de los rigores del tiempo y el uso intensivo de las motos. Valentín Morillo y su esposa Bova Mikhailova decidieron diseñar una prenda que ayudara a mantener el calor de los moteros.
Lo hicieron en 2011, en el pueblo sevillano de Tomares, formaron una empresa con el nombre de Zahos y se lanzaron a la piscina después de constatar que no había en el mercado prendas para moteros específica para dar calor a lomos de una motocicleta.
Su ventaja era doble, la de ser moteros de toda la vida y conocer las necesidades de los conductores, y la ventaja que daba la especialidad de Bova, patronista de profesión. Su innovación fue la de diseñar prendas para moteros para usarla sobre un traje o un pantalón de vestir o en combinación con una gruesa parka o una cazadora de abrigo.
La prenda básica son los zahones, utilizados en Andalucía para montar a caballo. Así nació el producto Zahos, que aplicó otras experiencias, las de algunas industrias del sector que confeccionaron materiales engomados con capas de poliuretano a los que se añadieron dispositivos de seguridad reflectantes.
En 2012, Zahos comenzó a vender sus prendas, ofreciendo siete tallas diferentes, apostando por el diseño y diversificando su oferta para englobar a las prendas para moteros de mujer.
Zahos se compromete a hacer llegar sus productos a domicilio en menos de cuarenta y ocho horas. Su último desarrollo es una línea de complementos térmicos que funciona como capas aislantes para aplicarlas en las zonas donde el invierno es realmente frío y cortante.