El caso de una marca española que hace juegos para adultos con animales. Dicen que dentro de cada adulto vive un niño. Y a ese niño, una marca emprendedora española, le da para jugar. Se trata de Wodibow, una firma que diseña y comercializa juegos para adultos en los que hasta los más mínimos detalles, tienen protagonismo.
En los juegos para adultos de Wodibow, las cajas que sirven de embalajes están pensadas para jugar con las sensaciones, como lo están los materiales que se usan para fabricar sus productos, reciclables y naturales.
Como lo están los canales de venta en Internet, la comercialización internacional y hasta el plan de finanzas de este negocio emprendedor. Un negocio que ha hecho del placer de jugar para los adultos una oportunidad para volverse a encontrar.
Emprendedor
Los emprendedores que están detrás de esta idea de negocio son Pablo Saracho y su mujer Maite que han creado la marca en su Segovia natal. Pero Saracho y su mujer no lo tuvieron fácil, dedicaron tres largos años a investigar lo que ofrecía el mercado en juegos para adultos.
Los diseños que resultaron al final de su investigación tienen la originalidad de que no emplean pegamentos, ni barnices, ni pinturas que resulten tóxicas. Madera, sólo madera.
Los juguetes son como piezas de puzzle en tres dimensiones que reproducen los cuerpos de animales salvajes comunes. Las figuras suelen ser animales grandes que comparten las formas de sus cuerpos en los diseños de estos segovianos emprendedores.
La idea de negocio de estos juguetes para adultos necesitó de una inversión inicial de 100.000 euros y la mayor parte de la producción se ha comercializado fuera de España donde existe una cultura de juguetes para mayores muy antigua. Países como Alemania, Francia, Suecia, Japón o Dinamarca, lugares que aprecian el juguete para adultos de calidad. De hecho, la marca utiliza madera de haya maciza tratada con aceite de oliva y cera pura de abeja.
En la última feria en la que participaron estos emprendedores, la de Nuremberg, comprobaron el buen recibimiento de sus productos por hacerse en España y no en China. Una característica que valoran mucho los japoneses, por ejemplo. Todo un elogio.
