KibuGreen es una marca constituida por emprendedores españoles que han hecho de la responsabilidad humana sobre el cuidado de las plantas un asunto de tecnología aplicada al que llaman Kivi. Y Kivi es el tamagochi de las plantas. Te lo explicamos:
Kivi es un formato de maceta que tiene la propiedad de regar a la planta que alberga mientras su propietario está fuera. Pero si funcionara solamente así, no habría innovación alguna, ni el proyecto de emprendiduría sería tal.
Lo que hace diferente al dispositivo Kivi es que el propietario de la maceta y de la planta dispone de una aplicación móvil con la que puede conocer las necesidades de la planta en tiempo real. Sus demandas le llegan al usuario como alertas.
Diferencia humana
Y en éso radica la diferencia del dispositivo Kivi, el propietario puede decidir si riega a distancia la planta o no. Con Kivi la planta siempre está atendida por la voluntad humana.
Los mensajes llegan en forma de sugerencias, de textos que invitan al propietario de la planta a colaborar en el bienestar y en el mantenimiento de la vida de un vegetal que un día se decidió a traer a casa. Con todas las consecuencias.
Este formato de tamagochi de las plantas de tecnología humanizada resulta ideal para los niños y para que, a través del juego, consigan tomar sus primeras responsabilidades.
Lo más curioso de este proyecto emprendedor, del que Román González, Borja Uría, Ángel García, y Juan Antonio González son los padres de la criatura, es que Kivi es algo así como el plan B de KibuGreen que nació con un proyecto demasiado ambicioso debajo del brazo.
Su idea inicial era crear un dispositivo que reproducir los climas del mundo y ofrecer reproducciones de condiciones meteorológicas concretas. No sólo demasiado caro, sino también con pocas opciones para que el capital privado invirtiera. Así nació pues Kivi. Y estos emprendedores prefieren llamar a su proyecto ‘Huerto Urbano 3.0‘.