El panorama empresarial español ofrece algunas notables paradojas que le dan al tejido productivo español un tipismo. Una de esas paradojas es la del comercio electrónico. En estos momentos, y, como consecuencia directa de la crisis económica, se está produciendo un auténtico big bang en el sector de las e-commerce en España.
Nunca como hasta ahora tantas empresas pequeñas se habían decidido por tener, además de una presencia, física, otra en la Red con la que disponer de un canal extra para comercializar productos y servicios.
Las tiendas online son un recurso más económico, además de las ventajas que suponen otros aspectos fundamentales como no estar sujetas a horarios. Están abiertas las 24 horas del día y los 365 días del año.
Paradoja
La paradoja hay que encontrarla en la tasa todavía alta de pequeñas empresas que no pueden, no saben o no quieren disponer de esta ventaja. Empresas que no tienen una tienda online que les respalde en la Red. Empresas que, a lo sumo, disponen de una cuenta Facebook, pero que no saben como usar y que no consiguen aprovechar.
La cifra estimada por una operadora española de Internet (Nominalia) habla de más de un 30% de empresas españolas que no tienen páginas web, lo más curioso es que más de un 20% de ellas sí ha reservado un dominio relativo a su denominación comercial, aunque no se ha decidido a trazar una línea de actuación en Internet.
A estas alturas del negocio con las e-commerce en España, los usuarios esperan que una marca tenga su presencia en la Red y éso les da confianza. Pero, menos de un 10% de las empresas españolas utilizan su dominio en Internet para canalizar las ventas a través de una tienda online. Y, todo, cuando más del 80% de los internautas de este país ha reconocido, según esa misma operadora de Internet, que realiza compras con alguna regularidad en la Red.
Visto lo visto, esas empresas sólo se decantarán por crear una oferta en Internet cuando la funcionalidad de las páginas o las tiendas online lleguen a ser realmente intuitivas, los precios se ajusten más y la seguridad y la gama de productos que se puedan ofrecer sean atractivos como para dar el salto. Hablamos de comerciantes y de profesionales no nativos de la Red que necesitan de algo más para ponerse en modo digital.